Publicado el 22 de Enero 2014 en América Economía.
Muchas empresas esperan que pasen las fiestas de fin de año (como debe ser), para desvincular colaboradores por distintas razones. Pero sean cuales sean estas razones se trata de un tema delicado que debe ser realizado en forma muy respetuosa, cuidando mucho de no dañar la autoestima o la dignidad de las personas. Eventualmente a todos nos va a tocar en nuestra vida laboral dejar ir a algún colaborador, pero lamentablemente en las universidades y escuelas de postgrado no nos enseñan cómo despedir de manera apropiada. Nos enseñan cómo contratar, motivar, liderar, pero como despedir siempre es un tema álgido que nadie preferiría hacer, simplemente es ignorado hasta que tenemos que hacerlo.
Algunos puntos importantes para cuando tengamos que despedir a alguien: primero, el respeto absoluto hacia la persona que se va es fundamental. La persona que comunica la salida tiene que prepararse a fondo para saber qué va a decir, cómo va a manejar la reunión y preocuparse de algunos detalles prácticos, administrativos y logísticos de antemano para jamás improvisar ningún aspecto relacionado a una desvinculación. Por ejemplo, nunca hacerlo un viernes en la tarde. Es cruel mandar a alguien a su casa el fin de semana a enfrentar esta realidad y sin ayuda de ningún tipo. También es peligroso hacerlo ya que las personas quedan vulnerables y muy expuestas a las distintas reacciones de sus familiares y amigos, las que pueden ser potencialmente muy dañinas para ellos mismo o las empresas.
Es necesario asegurarse que el despido sea cara a cara, uno a uno, no dos contra uno o tres contra uno. El despido lo hace el jefe directo, no se hace mediante un tercero (ni menos alguien del área de RRHH), lo hace la persona con la que uno trabaja siempre. Es importante comunicarlo temprano en el día, ideal un martes por la mañana. Eso le da tiempo a la persona de reponerse y organizar sus emociones y evitar, como hemos visto, que pase un fin de semana con la familia estresado, preocupado, angustiado o de repente vengativo.
Es importante tener la información útil que se necesita como el cálculo de los montos que le corresponde y otros beneficios; pero sobretodo, tener el guión preparado sobre lo que diremos a la persona que deja la organización. Cuando comunica la salida no es el momento de dar explicaciones detalladas de por qué se está yendo, o hacerle acordar de ese proyecto que no acabó hace dos años, aquella mala conducta que tuvo en la fiesta de navidad del año pasado o porque no es un buen jugador en el equipo. No es el momento de hablar de sus debilidades o de aquellas cosas en las que no le fue bien. La misión de la reunión es comunicar efectivamente y de una manera muy cuidadosa y respetuosa el fin de la relación laboral. Esa es una noticia es en si misma tan dura que no es necesario entrar a delimitar una a una las razones por las que se está tomando ni menos obviamente, ofender. Mucha explicación o justificación da pie a que pueda haber una discusión, un desencuentro, una argumentación y la situación se torne muy complicada.
También debemos prepararnos sabiendo que van haber 4 reacciones típicas con una noticia como esta: habrá gente que estará muy molesta, muy triste, en shock, y algunos estarán aliviados (también los hay). Es muy importante, si hemos contratado un programa de ayuda de recolocación, tener al consultor afuera esperando para ayudar lo más pronto posible a ventilar las emociones y evitar los errores típicos que uno comete en el momento que recibe una noticia como ésta.
Todos en una organización merecen por igual el mismo trato y el mismo respeto, no es que debe tratarse solamente bien a los gerentes y a los profesionales, mientras que a los empleados y operarios con menos respeto o menos cuidado en la preparación de una salida. Por supuesto que jamás debe comunicarse la noticia en grupo. Y siempre debemos comunica con mucho cuidado y respeto, y especialmente con la gente mayor que nos deja para jubilarse. Nadie jamás debe sentirse humillado u ofendido porque hayamos comunicado o preparado mal una salida. El objetivo es que toda persona pueda ser ayudada a continuar exitosamente su carrera, recolocarse, poner un negocio propio o retirarse activamente si es el caso, enfocando su atención hacia el futuro y en sus siguientes pasos. Si se hace así y con todo el respeto y cuidado del caso, las personas pasan la página y sus vidas continúan, pero una ofensa o una humillación nunca la olvidan.